Este fin de semana, #Uber se convirtió en tendencia en Twitter México, con cientos de tuits y videos virales que reflejan el choque entre los derechos laborales emergentes y la lógica del negocio en la “economía gig”. De un lado, el gobierno apuesta por una regulación progresista. Del otro, Uber alerta sobre las “consecuencias accidentales” y la posible fuga de conductores.
La nueva reforma: ¿qué cambia el 22 de junio?
A partir del 22 de junio, la reforma a la Ley Federal del Trabajo reconocerá la relación laboral entre plataformas digitales como Uber y sus conductores/repartidores. Si estos generan ingresos iguales o superiores a un salario mínimo ($8,364 MXN en CDMX), tendrán derecho a:
- Seguridad social (IMSS, riesgo de trabajo, enfermedad, maternidad, invalidez).
- Prestaciones (aguinaldo, vacaciones, reparto de utilidades).
- Acceso a Infonavit y contratos registrados ante la autoridad laboral
Este marco legal busca equilibrar flexibilidad con justicia social, a través de un programa piloto obligatorio que arranca el 1 de julio de 2025
Uber en Twitter: el discurso de “riesgos ocultos”
El presidente global de Uber, Andrew Macdonald, reconoció que la reforma es “innovadora” y puede beneficiar a los conductores, pero alertó que “podrían darse consecuencias accidentales” que afectarían su rentabilidad. Estimaciones internas de Uber indican que hasta 83,000 de sus 250,000 socios conductores podrían abandonar la plataforma, con una caída en ingresos en torno a 12,000 mdp para los trabajadores y 2,000 mdp en recaudación fiscal
En Twitter, varios trabajadores han expresado precisamente ese temor: que, en lugar de mejorar sus condiciones, podría disminuir su capacidad de generar ingresos, reducir su flexibilidad o incluso desaparecer como opción laboral viable.
Reacción de los trabajadores: entre esperanza y escepticismo
Las redes sociales han animado varias protestas digitales y presenciales. En Ciudad de México, decenas de repartidores realizaron un rodada con 400 motos para exigir un diálogo directo con autoridades e insistir en que no se vulneren las condiciones de autonomía ni el sustento diario
En Twitter, el clamor más frecuente es:
“No queremos perder flexibilidad ni dejar de ser nuestros propios jefes” .
El punto crítico: ¿dónde está la tensión real?
- Flexibilidad vs. Formalidad: La reforma promete mantener horarios flexibles, pero los costos derivados de la seguridad social podrían reducir las ganancias netas, especialmente para quienes trabajan pocas horas .
- Modelo de remuneración adecuado: Uber argumenta que el esquema fue diseñado para jornadas tradicionales, no para quienes conducen ocasionalmente (70 % de conductores trabaja menos de 10 horas/semana)
- Equilibrio económico: Mientras Uber propone revisar “costos operativos y ganancias netas”, el gobierno se sustenta en que no habrá un aumento de impuestos (ISR/IVA), sino una asignación compartida de cuotas
Uber, como empresa global, defiende su negocio en México con cifras contundentes. Sin embargo, contraponer la rentabilidad corporativa frente a los derechos laborales puede diluirse si se pierde de vista el impacto social. Millones dependen de estas plataformas, muchas veces como ingreso principal.
El reto real es diseñar una transición inteligente: que las cuotas al IMSS e Infonavit se calculen con parámetros proporcionales, y que los beneficios no se conviertan en carga. Puede existir un punto medio donde se cumpla con la justicia social sin desarticular el modelo económico.
Qué gana: legalidad, derechos claros y formalidad laboral para quienes dependen del trabajo digital.
Qué podría perder: flexibilidad real, ganancias netas y, en el peor escenario, la salida de miles de socios conductores.
La implementación será clave. Si el gobierno y Uber logran consensuar ajustes sobre cuotas, umbrales y mecanismos de inscripción gradual, esta reforma puede transformarse en un precedente global de protección social en la Economía Gig. Si no, corremos el riesgo de que una medida bien intencionada termine por debilitar al sector que busca proteger.
Recomendación final: seguir muy de cerca las mesas técnicas entre Uber, STPS e IMSS durante los próximos días. La diferencia entre un piloto exitoso y una crisis laboral podría depender de si prevalece el signo de diálogo constructivo o de confrontación corporativa.
