Chiapas, uno de los estados más biodiversos de México, alberga cada año una de las etapas más importantes para la vida silvestre: la temporada de anidación de aves. Entre los meses de marzo y agosto, cientos de especies residentes y migratorias se reproducen en distintas regiones del estado, desde los humedales costeros hasta las zonas montañosas y selvas tropicales.
Especies emblemáticas como la garza blanca, el tucán, el quetzal y el halcón peregrino encuentran en Chiapas hábitats ideales para anidar. Zonas como la Reserva de la Biósfera El Triunfo, los humedales de La Encrucijada y la Selva Lacandona ofrecen refugios seguros, ricos en alimento y con condiciones óptimas para la crianza de polluelos.
Durante esta temporada, muchas aves construyen sus nidos en árboles altos, troncos huecos o áreas protegidas, y se vuelve especialmente importante evitar la tala, el ruido excesivo y otras perturbaciones humanas. Diversas instituciones, como la CONANP y organizaciones civiles, realizan labores de monitoreo, educación ambiental y protección de nidos para asegurar la reproducción exitosa de estas especies.
La temporada de anidación no solo contribuye a la conservación de la avifauna, sino que también atrae a observadores de aves y turistas, fortaleciendo el ecoturismo y promoviendo una relación más consciente con el entorno natural. Chiapas es hogar de más de 700 especies de aves, lo que lo convierte en un paraíso para los amantes de la ornitología.