La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, anunció la salida de Pablo Gómez Álvarez como titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), para asumir un nuevo encargo al frente de la Comisión Presidencial para la Reforma Electoral. Esta decisión forma parte de la estrategia del gobierno federal para impulsar una transformación profunda del sistema electoral mexicano, retomando una de las prioridades que quedaron pendientes de la administración anterior. La creación de esta comisión busca desarrollar un diagnóstico integral sobre el modelo electoral actual, así como proponer reformas que fortalezcan la participación ciudadana, la representatividad y la transparencia en los procesos democráticos del país.
Pablo Gómez es un referente histórico en la política mexicana. Economista por la UNAM, con una trayectoria marcada por su activismo desde el movimiento estudiantil de 1968, ha sido diputado federal en varias ocasiones, senador y dirigente de partidos de izquierda. Su carrera ha estado enfocada en la construcción de un Estado democrático, combatiendo la corrupción y promoviendo reformas estructurales desde el Congreso. Desde noviembre de 2021, Gómez estaba al frente de la UIF, unidad clave en la lucha contra el lavado de dinero y el financiamiento ilícito, cargo en el que fue designado por el expresidente Andrés Manuel López Obrador y mantenido por Sheinbaum hasta este cambio estratégico.
La Comisión Presidencial para la Reforma Electoral, encabezada ahora por Gómez, tiene como misión principal elaborar una propuesta que reforme las bases del sistema electoral mexicano, tocando temas sensibles como la reducción del financiamiento público a partidos políticos, la eliminación de los diputados plurinominales y la revisión de las funciones del Instituto Nacional Electoral (INE). Esta comisión estará integrada por legisladores, académicos, expertos en derecho electoral y representantes de organizaciones de la sociedad civil, con el objetivo de abrir un diálogo plural y evitar las tensiones políticas que en el pasado obstaculizaron reformas similares.
El contexto en el que surge esta comisión es complejo, pues aunque el partido oficialista Morena cuenta con mayoría, la reforma electoral enfrenta resistencias internas y externas. Aliados como el Partido del Trabajo y el Partido Verde han manifestado inquietudes sobre la representación proporcional, mientras que sectores de la oposición y organizaciones ciudadanas han exigido que cualquier modificación al sistema electoral garantice la pluralidad y no afecte la equidad democrática. La estrategia de Sheinbaum, al conformar una comisión de consenso, busca diferenciarse de los intentos fallidos de su predecesor, quien enfrentó un rechazo contundente cuando trató de modificar el esquema electoral por la vía legislativa directa.
La designación de Pablo Gómez como presidente de esta comisión es vista como un movimiento calculado. Su trayectoria, marcada por la defensa de la democracia y su autoridad moral dentro de los sectores progresistas, lo posicionan como un interlocutor capaz de conducir un proceso abierto y de amplio alcance. Con este movimiento, el gobierno pretende no solo destrabar la reforma electoral, sino también enviar un mensaje de apertura al diálogo, apostando por una ruta institucional y participativa para transformar las reglas del juego democrático en México. Se espera que en las próximas semanas se den a conocer los nombres de quienes integrarán la comisión y se trace la hoja de ruta hacia una reforma que, de lograrse, podría redefinir el panorama político rumbo a las elecciones intermedias de 2027