La ópera, tradicionalmente asociada con historias clásicas y estructuras formales, está viviendo una revolución en 2025. Compositores y directores están explorando nuevas formas de conectar con el público moderno, adaptando obras literarias y cinematográficas reconocidas al formato operístico.
Un ejemplo destacado es la ópera Il nome della rosa de Francesco Filidei, estrenada en La Scala de Milán. Basada en la novela homónima de Umberto Eco, esta producción ha sido aclamada por su capacidad para trasladar la complejidad filosófica y narrativa de la obra original al lenguaje musical. Filidei mantiene la estructura en siete días de la novela y utiliza una arquitectura musical fractal, combinando elementos de la tradición lírica italiana del siglo XIX con referencias a compositores como Mahler y Puccini. La producción también incorpora voces travestidas y una orquesta rica en timbres, ofreciendo una experiencia sensorial única.
Otro ejemplo es la adaptación operística de Las horas por Kevin Puts, que ha recibido elogios por su tratamiento musical innovador de la historia popular. Estas producciones reflejan un dinamismo en el género operístico, que reinterpreta grandes relatos contemporáneos sin renunciar a la experimentación ni a su vocación expresiva .
Esta tendencia no solo revitaliza la ópera como forma artística, sino que también demuestra su capacidad para dialogar con la cultura popular contemporánea. Al adaptar historias conocidas, la ópera contemporánea se vuelve más accesible y relevante para nuevas generaciones, asegurando su continuidad y evolución en el panorama cultural actual.