Según la tradición oral, en la época colonial, doña María de Angulo era una distinguida dama española, adinerada y profundamente católica, que residía en la antigua ciudad de Guatemala. A mediados del siglo XVIII, su hijo enfermó gravemente de una enfermedad que los médicos locales no podían curar. Desesperada por encontrar una solución, doña María escuchó sobre un curandero indígena en Chiapa de la Real (hoy Chiapa de Corzo) que tenía fama de realizar curaciones milagrosas. Sin dudarlo, emprendió un largo viaje hasta Chiapa de Corzo en busca de ayuda para su hijo.
Al llegar, el curandero accedió a tratar al niño y, tras sus cuidados, el hijo de doña María recuperó la salud. Agradecida por el milagro, doña María de Angulo decidió mostrar su gratitud de una manera significativa. Organizó una gran fiesta en la que repartió comida, ropa y dinero entre los habitantes del pueblo, especialmente a los más necesitados. Esta muestra de generosidad dejó una huella profunda en la comunidad, y su gesto se convirtió en una tradición que perdura hasta nuestros días.
La Fiesta Grande de Chiapa de Corzo
La historia de doña María de Angulo está intrínsecamente ligada a la “Fiesta Grande de Chiapa de Corzo”, una celebración que tiene lugar cada enero en honor a San Sebastián. Durante esta festividad, uno de los eventos más destacados es la representación de “Los Parachicos”, danzantes que recorren las calles vestidos con trajes tradicionales, máscaras y tocados coloridos. Se dice que esta danza es una rememoración del agradecimiento de doña María de Angulo, simbolizando la alegría y gratitud de la comunidad por su acto de generosidad.
Variantes de la Leyenda
Existen diferentes versiones de la leyenda de doña María de Angulo. Algunas narraciones sugieren que, además de repartir bienes materiales, doña María también financió la construcción de obras públicas en Chiapa de Corzo, como iglesias y caminos, contribuyendo al desarrollo y bienestar del pueblo. Otras versiones mencionan que su acto de generosidad fue motivado por una promesa hecha a San Sebastián, a quien había implorado por la salud de su hijo.
Legado Cultural
La figura de doña María de Angulo trasciende la leyenda, convirtiéndose en un símbolo de altruismo y solidaridad en la cultura chiapaneca. Su historia es enseñada de generación en generación, y su memoria es honrada cada año durante la Fiesta Grande de Chiapa de Corzo. Además, su legado ha sido objeto de estudios y representaciones artísticas, reflejando la importancia de su figura en el imaginario colectivo de la región.
Doña María de Angulo representa la esencia de la generosidad y el compromiso con la comunidad, valores que continúan siendo celebrados y recordados en Chiapa de Corzo, manteniendo viva una tradición que enriquece la identidad cultural de Chiapas.