En las últimas semanas, el mundo del entretenimiento mexicano ha sido sacudido por una serie de cancelaciones de conciertos en Estados Unidos, todas vinculadas a un tema sensible y complejo: la pérdida o retraso en la expedición de visas de trabajo.
Artistas del regional mexicano han sido los más afectados, lo que ha generado preocupación tanto en la industria musical como entre sus seguidores. Aunque las autoridades estadounidenses han sido reservadas en cuanto a las causas específicas, diversos informes apuntan a un endurecimiento en las políticas migratorias, particularmente hacia artistas cuyos contenidos pueden interpretarse como apologías del narcotráfico.
La Embajada de Estados Unidos en México ha señalado que los casos de visas son confidenciales, por lo que no se emiten comentarios oficiales sobre situaciones individuales. Sin embargo, el contexto geopolítico, la lucha contra el narcotráfico y el incremento en la preocupación por la seguridad fronteriza han generado un ambiente menos flexible para el otorgamiento de visas, especialmente a quienes, directa o indirectamente, tocan temas sensibles en sus presentaciones.
Desde la administración de Donald Trump, se han implementado medidas migratorias más estrictas con el argumento de reforzar la seguridad nacional y combatir estructuras criminales extranjeras.
Si bien estas medidas apuntan principalmente a frenar el tráfico de drogas y otros delitos transfronterizos, su alcance ha llegado también a la esfera del entretenimiento, afectando a músicos cuya obra ha sido considerada, por algunos sectores, como una glorificación del crimen organizado.
Julión Álvarez
Los Alegres del Barranco
Lorenzo de Monteclaro
Óscar Maydon
Eduin Caz y Grupo Firme
Espinoza Paz
Javier Rosas
Son algunos de los artistas que no pueden acceder a una visa de trabajo para los Estados Unidos de América.