Su nombre completo era Rufino del Carmen Arellanes Tamayo, pero tras el abandono de su padre cuando tenía apenas 11 años, decidió eliminar su apellido, reafirmando así su autonomía personal y artística. El pintor oaxaqueños fue una de las figuras más destacadas del arte mexicano. Nacido en Oaxaca el 25 de agosto de 1899 aunque él prefería celebrarlo el 26, Tamayo transformó el arte del siglo XX con una propuesta que fusiona las raíces precolombinas con las corrientes de vanguardia europeas. Desde sus humildes orígenes hijo de un zapatero y una costurera, Tamayo demostró una vocación artística precoz. A los 12 años llegó a la Ciudad de México y en 1915 ingresó a la Academia de Bellas Artes.
Las 5 mejores obras de Rufino Tamayo:
1. Carnaval (1936)
Esta pintura en gouache sobre papel es una de las primeras expresiones del estilo de Tamayo. En ella, la festividad del carnaval cobra vida con colores blancos, azules y castaños. La obra transmite movimiento, alegría y un sentido casi mágico de lo popular.
2. Trovador (1945)
Un óleo de gran formato en el que un músico canta mientras dos mujeres lo observan. Los colores vivos amarillos, rojos, azules están distribuidos en una composición geométrica equilibrada.
Esta obra fue vendida en 2008 por 7.2 millones de dólares, lo que la convierte en la pieza más cara del artista. Es también una celebración de la música como lenguaje universal.
3. Retrato de Olga (1964)
Dedicado a su esposa Olga Flores Rivas, este retrato combina elementos del cubismo, el arte precolombino y la cultura popular mexicana. La sandía, presente en la composición, representa tanto la identidad nacional como un símbolo de lo cotidiano. Es también una declaración de amor y un homenaje a la compañera que lo apoyó en su carrera artística.
4. La Gran Galaxia (1978)
Una obra de carácter cósmico donde se entrelazan símbolos prehispánicos con las formas abstractas del surrealismo europeo. El azul profundo domina la composición, transmitiendo una sensación de misterio.
Tamayo lo definía como un “realismo no descriptivo”, orientado a expresar lo intangible del universo.
5. Dos personajes atacados por perros (1983)
Realizada con la técnica de mixografía sobre papel amate, esta obra es una poderosa reflexión sobre la violencia, el miedo y la condición humana.
Influenciada por el expresionismo y el “Guernica” de Picasso, representa a una pareja acosada por perros furiosos, una metáfora de la crueldad humana. Es una pieza que interpela al espectador desde una perspectiva universal.
A pesar de que el Museo Rufino Tamayo en la Ciudad de México no alberga sus obras ya que está dedicado al arte contemporáneo, sus restos descansan en un nicho dentro del recinto. La mayor colección de sus obras puede verse en el Museo de Arte Moderno.