La máscara del Parachico es uno de los elementos más emblemáticos de la cultura y tradiciones de Chiapa de Corzo, Chiapas, México. Es un componente esencial de las festividades en honor a San Sebastián, celebradas del 15 al 23 de enero, reconocidas como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2010. Más que un accesorio, la máscara del Parachico simboliza la identidad y el orgullo de una comunidad que ha mantenido viva una tradición centenaria.
La figura del Parachico se remonta a una leyenda popular de Chiapa de Corzo. Según esta historia, una mujer española llamada Doña María de Angulo llegó al pueblo en busca de curación para su hijo enfermo. Los pobladores, conmovidos por su dolor, ofrecieron alimentos y bailaron para alegrar al niño. Los hombres se disfrazaron con máscaras de madera que imitaban los rasgos europeos y ofrecieron un espectáculo lleno de alegría y color, conocido como “para el chico” (para el niño). Con el tiempo, esta tradición se institucionalizó y evolucionó en lo que hoy conocemos como la danza de los Parachicos.
La máscara representa el rostro de un hombre europeo, en un guiño a la mezcla cultural y los orígenes coloniales de esta tradición. Es una muestra del sincretismo que caracteriza a las celebraciones de Chiapas, donde se entrelazan elementos indígenas, españoles y africanos.
Durante las festividades, los Parachicos utilizan la máscara como parte de su vestimenta, que incluye un sarape de colores vivos, un cintillo, una montera (tocado), y una chinchín (sonaja). La máscara no solo complementa el atuendo, sino que transforma al danzante en un personaje simbólico que representa la alegría y gratitud de los chiapacorceños.
Mientras bailan por las calles al ritmo de tambores, flautas y marimbas, los Parachicos mueven sus máscaras y ejecutan pasos llenos de energía. Su danza es una ofrenda a San Sebastián y una manifestación de identidad cultural que ha perdurado a lo largo de los siglos.
La máscara del Parachico no es solo un accesorio, sino un símbolo de resistencia cultural y cohesión comunitaria. Representa la herencia de un pueblo que ha sabido conservar sus tradiciones frente a la modernidad. Además, su confección y uso refuerzan los lazos entre generaciones, ya que los artesanos, los danzantes y los espectadores participan activamente en mantener viva esta costumbre.
El Parachico y su máscara también simbolizan el sincretismo religioso y cultural que define la identidad mexicana. A través de este elemento, se mezclan las tradiciones indígenas con influencias españolas, creando una expresión única de la riqueza cultural de Chiapas.
Hoy en día, la máscara del Parachico sigue siendo un ícono de Chiapa de Corzo. Su importancia trasciende las festividades, ya que también es reconocida como una obra de arte que atrae a turistas y coleccionistas de todo el mundo. Los talleres de los artesanos locales son puntos clave para preservar esta tradición, y muchos de ellos están comprometidos con enseñar a las nuevas generaciones el arte de la talla en madera.