Texto: Alejandra Gutiérrez
Fotos: Alejandra Gutiérrez y Cortesía
En el mágico municipio de San Cristóbal de Las Casas, con sus calles empedradas, fachadas coloniales y un clima que invita a quedarse, tres emprendedores franceses encontraron la inspiración perfecta para establecer su negocio de repostería. En esta entrevista, conversamos con una de las propietarias, quien nos comparte cómo el encanto del pueblo mágico y la calidez de su gente los motivaron a superar retos como el idioma y adentrarse en la rica cultura chiapaneca. Su pasión por la repostería no sólo les permitió conectar con sus raíces francesas, sino también conquistar los paladares locales con deliciosos postres que hoy forman parte de la vida diaria de los habitantes de San Cristóbal y Tuxtla Gutiérrez.
¿Nos podría contar cómo inició esta cafetería?
Llegamos a San Cristóbal en noviembre de 2009, éramos tres amigos: dos hombres y una mujer; nosotros decidimos emprender este negocio porque en un viaje previo, en 2007, quedamos fascinados con el lugar. La mezcla de culturas, el ambiente y el encanto único de San Cristóbal, con su clima y su atmósfera mágica, nos inspiraron a establecernos aquí.
Al llegar, nos dedicamos a buscar un local y a hacer pruebas con materia prima local. Organizamos degustaciones con amigos y conocidos para obtener sus primeras impresiones. Nos interesaba saber si les gustaban los productos, ya que en esa época no había algo similar en San Cristóbal. Nuestro enfoque era introducir pan dulce y postres de estilo francés, y tras esas pruebas iniciales, comenzamos formalmente.
¿Cuánto tiempo llevan en el mercado?
Abrimos la pastelería el 12 de febrero de 2010, así que en febrero de 2025 celebraremos nuestro 15° aniversario. De hecho, curiosamente, la fecha en la que recibimos las llaves de nuestro primer local coincidió con mi cumpleaños número 22, el cual estaba ubicado al inicio del andador Real de Guadalupe. Ese local lo cerramos el 31 de diciembre de 2023, pero lo sustituimos por otro muy cercano, a unos 25 metros de distancia.
Con el tiempo, gracias a la recepción del público coleto fuimos creciendo. Reinvertimos nuestras ganancias y en 2013 abrimos un local más grande en la Plaza de San Agustín. En 2015 inauguramos una sucursal en Plaza Galerías en Tuxtla Gutiérrez, y en 2017, otra en la calle 16 Poniente Norte, en la misma ciudad. En 2021 abrimos en el aeropuerto, aunque debido a la postpandemia, con los vuelos aún limitados, tuvimos que cerrar esa sucursal en noviembre de 2023. En abril de 2024, inauguramos otro punto de venta en San Ramón, pensado principalmente para pedidos para llevar, ya que cuenta con amplio estacionamiento.
¿En qué se especializa la cafetería?
Nos especializamos en repostería y panadería francesa. Nuestro enfoque siempre ha sido mantener la autenticidad de nuestras raíces francesas, fusionándolas con elementos locales.
¿Cuál es el platillo favorito de los clientes?
En panadería, destaca el pepito, que es nuestro producto más icónico y las magdalenas que son muy apreciadas por los clientes. En cuestión de repostería, las tartaletas de fresa y el pastel ópera son los favoritos.
¿Nos podrías dar algún consejo para los nuevos emprendimientos?
Perseverar. Emprender no es fácil, siempre habrá obstáculos, pero vale la pena. Algo que nos ha distinguido es aferrarnos a nuestra identidad francesa. Si nos hemos adaptado al mercado mexicano, por ejemplo, incorporamos ingredientes locales como el camote en opciones que fusiona nuestras recetas tradicionales con sabores locales. Esta mezcla nos ha ayudado a destacar y conectar con el público, sin perder nuestra esencia francesa.
¿Cuáles han sido los mayores retos que han enfrentado como negocio?
Uno de los mayores retos ha sido mantener precios accesibles pese a los cambios económicos de los últimos años. En lugar de simplemente aumentar precios, hemos buscado trabajar con productores locales para reducir costos sin comprometer la calidad. Por ejemplo, migramos a una mantequilla 100% mexicana, lo que nos ha permitido mantener un equilibrio entre calidad y precio. También diversificamos nuestra oferta, incluyendo productos con distintos márgenes de ganancia para compensar los incrementos en insumos.
Por último, ¿Cómo se siente después de 15 años de trayectoria de La Friandise?
Muy felices. México nos ha dado muchísimo y nos sentimos totalmente integrados. La gente nos ha hecho parte de su vida; tenemos clientes que comenzaron a visitarnos siendo niños y ahora son jóvenes adultos. También nos invitan a formar parte de sus momentos especiales, como cumpleaños, bodas y quinceaños, a través de mesas de postres y pasteles personalizados. Ha sido una experiencia maravillosa, y lo que más deseamos es retribuir ese cariño a nuestros clientes.