El evento reunió más de 100 objetos personales y simbólicos del emperador francés, provenientes de la colección privada del reconocido especialista napoleónico Pierre-Jean Chalençon.
Pinturas, esculturas, muebles, documentos históricos e incluso objetos íntimos, como prendas y artículos de campaña, formaron parte del catálogo que atrajo a coleccionistas privados, instituciones culturales y apasionados de la historia.
Esta venta se convirtió en una especie de biografía visual y material de una de las figuras más complejas y polémicas de Europa.
Las piezas más codiciadas fueron, sin duda, las pinturas que retratan a Napoleón y a su familia, que juntas sumaron más de 3.5 millones de dólares.
Una de las obras que mayor sorpresa generó fue Napoleon Crossing the Alps at the Great St Bernard Pass, de Jean-Baptiste Mauzaisse, basada en la obra de Jacques-Louis David.
La subasta también ofreció objetos que permiten asomarse al lado más íntimo y humano del emperador. Entre ellos, un juego de té de 1800, decorado con el escudo imperial, se vendió por más de 74 mil dólares.
El certificado de matrimonio religioso entre Napoleón y Josefina alcanzó casi 200 mil dólares, mientras que el codicilo manuscrito de su testamento, redactado en su exilio en Santa Elena, superó los 560 mil dólares.