Rosario Castellanos nació el 25 de mayo de 1925 en la Ciudad de México, aunque fue criada en Comitán de Domínguez, Chiapas, lugar donde asumió desde muy pequeña una conciencia profunda de las desigualdades sociales, especialmente hacia los pueblos indígenas al vivir cercana a su nana, quien le transmitió una visión distinta y más empática del mundo que la rodeaba. Quedó huérfana a los 23 años y pronto se volcó hacia la escritura como espacio de autoafirmación y lucha.
Se tituló como maestra en filosofía por la UNAM en 1950 con la tesis Sobre cultura femenina, que ya desde entonces constituía una reflexión pionera sobre la doble condición de ser mujer y mexicana. Realizó estudios de posgrado en estética y estilística en la Universidad de Madrid gracias a una beca del Instituto de Cultura Hispánica.
Castellanos incursionó en todos los géneros literarios esenciales: poesía, ensayo, cuento, novela, teatro y periodismo. Publicó obras emblemáticas como Balún Canán (1957), Ciudad Real (1960) y Oficio de tinieblas (1962), las cuales constituyen una potente trilogía indigenista que retrata con honestidad las tensiones entre indígenas y ladinos en Chiapas. Más allá del indigenismo tradicional, su voz aporta dignidad y denuncia, lejos del paternalismo predominante en la época.
En paralelo a su obra literaria, dedicó su talento a la docencia —en la UNAM, en universidades de EE. UU. y en la Universidad Hebrea de Jerusalén—, al periodismo en Excélsior (más de 500 artículos entre 1963 y 1974) y a la promoción cultural en Chiapas mediante el teatro Guiñol y el Instituto Nacional Indigenista. En 1971 fue nombrada embajadora de México en Israel y continuó allí su labor docente y cultural.
El 7 de agosto de 1974, mientras residía en Tel Aviv, falleció trágicamente por una descarga eléctrica, un desenlace que puso fin prematuro a una vida dedicada al pensamiento y la transformación social.
Su legado literario y crítico sigue más vivo que nunca. En este centenario de su nacimiento y medio siglo de su muerte, se le revalora mediante exposiciones, reediciones, concursos epistolares, traducciones de su poesía a lenguas originarias, montajes teatrales y cine (como Los adioses (2018). que invitan a redescubrir su obra y su visión feminista, indigenista y profundamente humana.