Texto: Erick Chandomi
Fotos de cortesía
La Navidad está llena de tradiciones que iluminan los hogares y corazones de quienes la festejan. En esta celebración existen elementos que nos hablan de la misma, entre ellas, los nacimientos, que destacan como uno de los símbolos más representativos de estas fechas. Pero, ¿Te has preguntado alguna vez cómo surgió esta costumbre que nos conecta con el espíritu navideño?
En esta edición de Revista Agenda te contamos un poco acerca de su origen, su evolución y permanencia en los hogares mexicanos.
Un poco de historia
La historia de los nacimientos se remonta al siglo XIII y tiene como protagonista a San Francisco de Asís. En 1223, en la localidad de Greccio, Italia, el religioso organizó lo que se considera el primer nacimiento viviente. Su intención era ofrecer a los fieles una representación visual y conmovedora del nacimiento de Jesús, permitiéndoles reflexionar sobre la humildad y la sencillez del acontecimiento.
Con animales reales y personas que representaban a María, José y los pastores, San Francisco transformó una cueva en un escenario que capturaba la esencia del pesebre. Esta iniciativa tuvo tanto éxito que rápidamente se popularizó en las iglesias de Europa.
La evolución de los nacimientos
Con el tiempo, la tradición de los nacimientos fue adaptándose y expandiéndose. En el siglo XIV, los monjes franciscanos comenzaron a crear figuras de madera, barro y cerámica para representar a los personajes del pesebre, facilitando la recreación del nacimiento de Jesús en los hogares. Estas figuras eran trabajadas con esmero, convirtiéndose en piezas de arte y devoción. Italia, España y Alemania se convirtieron en pioneros en la elaboración de nacimientos.
De España esta tradición fue traída a América durante la conquista (Siglo XVI), donde se fusionó con las expresiones culturales locales, dando lugar a representaciones únicas en cada país.
Hoy en día, los nacimientos son una tradición universal que se celebra de diversas maneras. Desde los modestos nacimientos hechos a mano hasta las elaboradas exposiciones que incluyen luces y música, estas representaciones recuerdan el mensaje de amor y esperanza de la Navidad.
En México, por ejemplo, los nacimientos no solo decoran hogares, sino que son el centro de las famosas posadas, en donde se acostumbra nacer el ‘Niño Dios’. En otros países de América Latina, como Perú y Bolivia, los nacimientos incorporan elementos de las culturas indígenas, mostrando una mezcla de tradiciones que enriquece aún más la celebración.
El nacimiento no es solo una decoración; es un acto de fe y un recordatorio de lo esencial en medio de la modernidad. Su origen, ligado a la humildad de San Francisco de Asís, sigue siendo una invitación a reflexionar sobre el verdadero significado de la Navidad.
Así, cada figura colocada en el pesebre cuenta una historia que ha viajado a través de los siglos, uniendo a generaciones en torno a un mismo propósito: celebrar el amor, la unión y la