Cada 30 de abril se celebra el Día internacional del Jazz, una fecha proclamada por la UNESCO en 2011 con el objetivo de destacar el papel del jazz como herramienta de unidad, paz, diálogo y cooperación entre pueblos de todo el mundo. Esta conmemoración pone en valor no solo la riqueza musical del género, sino también su capacidad para romper barreras, fomentar la creatividad y promover la libertad de expresión.
El jazz, nacido a finales del siglo XIX en Estados Unidos, es el resultado de la fusión de culturas africanas, europeas y americanas. A lo largo del tiempo, se ha convertido en un lenguaje universal, adaptándose a diferentes contextos y tradiciones sin perder su esencia. Grandes figuras como Louis Armstrong, Ella Fitzgerald, Miles Davis o Thelonious Monk han dejado una huella imborrable en la historia musical y han influenciado generaciones enteras.
Cada año, en el Día Mundial del Jazz se organizan conciertos, talleres, clases magistrales y transmisiones en vivo en más de 190 países. Estas actividades buscan acercar el jazz a nuevas audiencias y reconocer su contribución a la educación artística y al desarrollo cultural.
Este día no es solo una celebración del pasado glorioso del jazz, sino también una oportunidad para apoyar a músicos emergentes, preservar este legado musical y seguir promoviendo valores de inclusión, respeto y entendimiento mutuo a través de la música.