En febrero de 2025, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la imposición de nuevos aranceles que han generado tensiones en el comercio internacional. A partir del 4 de febrero, se aplicará un arancel del 25% a todas las importaciones provenientes de México y Canadá, y un 10% a las de China. Además, las exportaciones energéticas canadienses hacia Estados Unidos estarán sujetas a un arancel del 10%.
Trump justificó estas medidas argumentando que buscan combatir la inmigración ilegal y el flujo de drogas hacia Estados Unidos. Sin embargo, estas acciones han sido recibidas con preocupación por parte de los países afectados y de la comunidad internacional. El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, expresó su descontento y señaló que estas tarifas violan el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), advirtiendo sobre posibles represalias comerciales. Por su parte, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, adoptó una postura más cautelosa, indicando que evaluará las medidas antes de tomar una decisión. China, en tanto, enfatizó la necesidad de resolver las diferencias a través del diálogo y la cooperación.
Analistas económicos advierten que estos aranceles podrían tener consecuencias negativas para la economía global, incluyendo aumentos en los precios al consumidor y disrupciones en las cadenas de suministro, especialmente en sectores como el automotriz y el agroalimentario. Además, existe el riesgo de que otros países implementen medidas de represalia, lo que podría intensificar las tensiones comerciales y afectar el crecimiento económico mundial.
En Estados Unidos, se anticipa que los consumidores enfrenten incrementos en los precios de diversos productos, desde alimentos hasta electrónicos, debido a que las empresas trasladarán los costos adicionales de los aranceles a los compradores. Asimismo, sectores como la agricultura y la manufactura podrían verse afectados por las represalias comerciales de los países afectados.
Estas medidas representan una continuación de la política comercial proteccionista de la administración Trump, que ya había impuesto aranceles significativos durante su primer mandato. La comunidad internacional observa con atención el desarrollo de esta situación, ya que las decisiones que se tomen en las próximas semanas serán cruciales para el futuro del comercio global y las relaciones diplomáticas entre las principales economías del mundo.