El Día Internacional de los Pueblos Indígenas fue establecido por la Asamblea General de la ONU en 1994, con el propósito de recordar la primera reunión del Grupo de Trabajo sobre Poblaciones Indígenas, celebrada en 1982. Desde entonces, la fecha se ha convertido en un espacio para rendir homenaje a las más de 476 millones de personas que, según datos de la ONU, pertenecen a pueblos originarios en más de 90 países.
Los pueblos indígenas han preservado por siglos conocimientos, prácticas y cosmovisiones que han enriquecido el patrimonio cultural de la humanidad. Desde las lenguas nativas y la medicina tradicional, hasta los métodos sostenibles de manejo de la tierra, sus aportes han sido fundamentales para el equilibrio ecológico y la diversidad cultural global.
Sin embargo, esta celebración también es un recordatorio de las amenazas que persisten: la pérdida de territorios, la explotación de recursos naturales sin consentimiento, la discriminación, el desplazamiento forzado y la extinción de lenguas que son verdaderos tesoros de la humanidad. En América Latina, África, Asia y Oceanía, comunidades enteras siguen luchando por el reconocimiento legal de sus tierras y por la preservación de su identidad frente a la globalización.
Cada año, la ONU elige un tema central para enfocar las actividades y debates. Estos temas suelen abordar cuestiones como el cambio climático, la juventud indígena, la salud, la educación y el papel de las mujeres en la preservación de la cultura. Organizaciones internacionales, gobiernos, comunidades y sociedad civil aprovechan la ocasión para realizar foros, ceremonias, exposiciones y talleres que promueven el diálogo intercultural y el respeto mutuo.
En México, por ejemplo, esta fecha es una oportunidad para visibilizar la riqueza de comunidades como los zapotecos, mayas, nahuas, wixárikas y muchas otras, mientras se denuncian las problemáticas que enfrentan. En otros países, como Nueva Zelanda, Canadá o Bolivia, la jornada se acompaña de manifestaciones culturales, danzas, cantos y ceremonias espirituales que invitan a reflexionar sobre la importancia de mantener vivas las raíces.
Más que una celebración, el Día Internacional de los Pueblos Indígenas es un llamado a la acción. Nos recuerda que proteger la diversidad cultural y los derechos de los pueblos originarios no es un gesto simbólico, sino una responsabilidad global que involucra justicia, equidad y un compromiso real con el futuro del planeta.