El Día del Bibliotecario se celebra el 20 de julio en conmemoración de un hecho histórico ocurrido en 1810 en Buenos Aires, cuando Mariano Moreno, secretario de la Primera Junta de Gobierno, fundó la Biblioteca Pública de Buenos Aires (hoy Biblioteca Nacional de Argentina) y designó a los primeros bibliotecarios oficiales: Saturnino Segurola y Fray Cayetano Rodríguez.
Ese gesto fundacional no solo instauró la idea del bibliotecario como agente público del conocimiento, sino que también estableció un compromiso con la educación y la construcción ciudadana que sigue vigente más de dos siglos después. A partir de entonces, muchos países latinoamericanos adoptaron esta fecha para rendir homenaje a estos profesionales.
En pleno siglo XXI, los bibliotecarios han dejado de ser simples “guardianes de libros” para convertirse en facilitadores del conocimiento, curadores de contenidos, mediadores culturales y educadores digitales. Su trabajo abarca múltiples funciones como Organizar y catalogar materiales físicos y digitales, Guiar a los usuarios en sus búsquedas de información, Proteger el patrimonio documental, Liderar programas de alfabetización informacional y digital, Diseñar espacios inclusivos y accesibles o Fomentar la lectura en todas las edades
Ya sea en escuelas, universidades, bibliotecas públicas, archivos, empresas o entornos digitales, los bibliotecarios tienen un rol cada vez más estratégico en el manejo ético y eficiente de la información. Gracias al trabajo bibliotecario, las bibliotecas han pasado de ser depósitos de libros a convertirse en centros culturales, comunitarios y educativos. Se desarrollan actividades como: Clubes de lectura, Talleres de escritura, Acceso libre a Internet y recursos digitales, Proyecciones, debates, charlas, exposiciones y Actividades para niños, adultos mayores y personas con discapacidad
En muchos contextos rurales o desfavorecidos, la biblioteca es el único punto de acceso gratuito a la información y al aprendizaje, y el bibliotecario cumple un rol social fundamental. En la era de la sobreinformación, los bibliotecarios enfrentan nuevos desafíos. El bibliotecario es más que un trabajador de la información: es un puente entre el pasado, el presente y el futuro del saber. En un mundo acelerado y digitalizado, su labor adquiere un valor renovado: garantizar que el acceso al conocimiento siga siendo un derecho, no un privilegio.
Celebrar el Día del Bibliotecario es agradecer a quienes, con pasión y compromiso, ayudan a millones a encontrar respuestas, imaginar nuevos mundos y ampliar sus horizontes.