El amor puede manifestarse de formas inesperadas y llevarnos por caminos sorprendentes. Encontrar pasión y cariño en lo que hacemos día a día no es tarea sencilla; a menudo implica un viaje lleno de retos, descubrimientos y transformaciones personales. Para Beatriz, este camino no fue diferente. Tras enfrentar desilusiones académicas, una ruptura amorosa y cambios drásticos en su entorno, encontró en su mamá un apoyo invaluable. Juntas transformaron un pasatiempo en un negocio próspero que no sólo revitalizó su alegría, sino también su propósito. Así nació Friche, una marca de repostería creativa que lleva consigo historias, sabores y emociones.
Friche es el mejor ejemplo de que el amor está en todas partes. Para Beatriz, el amor se ve en el apoyo incondicional de su familia, en las risas compartidas con sus amigos, en el cariño de sus clientes y en el trabajo increíble de Alicia y Carolina, su equipo estrella. Ellas no solo son parte de su proyecto, son una extensión de ese amor que se siente en cada detalle. Porque el amor no solo está en las relaciones, también vive en las conexiones, los sueños compartidos y el esfuerzo que ponemos en lo que amamos.
1.¿Qué te inspiró a iniciar tu negocio de repostería creativa?
La verdad, el negocio de la repostería no era algo que yo tuviera planeado. Yo estudié Diseño Gráfico y tengo una maestría en Administración y Finanzas para proyectos y negocios, lo cual ha sido de mucha utilidad en el negocio. Sin embargo, Friche comenzó cuando atravesaba por un momento complicado emocionalmente y la repostería fue mi refugio y terminó convirtiéndose en algo mucho más grande. Friche me salvó, me ayudó a recuperar la alegría que por un momento pensé haber perdido y esa fue mi más grande inspiración, el sentirme bien conmigo y con lo que hacía día con día.
2. ¿Quién o qué fue tu mayor apoyo cuando decidiste iniciar tu negocio?
Definitivamente mi mamá. Fue mi pilar emocional y quien me alentó desde el inicio. Aunque mi papá también tuvo un papel importante, mi mamá fue clave en sentar las bases de lo que hoy es Friche. Lo curioso es que esto comenzó como un hobby para ella, y nunca imaginamos que llegaríamos hasta aquí.
3. ¿Cómo se te ocurrió el nombre de tu negocio? ¿Tiene algún significado especial?
¡Sí! realmente el nombre se le ocurrió a mi mamá. Mi abuela me llamaba “frijolito” porque era morenita cuando nací, así que de ahí salió el “Fri”. Y mi hermano siempre ha sido “Chema”, así que combino los dos nombres y salió Friche. Ella lo vio como un tributo a dos de los grandes amores de su vida.
4. ¿Qué fue lo más difícil de animarte a emprender?
Creo que lo más complicado sigue siendo enfrentar los momentos de cansancio y los resultados inesperados. Dar la cara cuando las cosas no salen como esperabas es un reto constante. Tomar decisiones sobre el siguiente paso también es difícil porque nadie tiene un manual. Cada negocio tiene su propio camino, y encontrarlo puede ser agotador.
5. ¿Cómo ha evolucionado tu negocio desde que comenzaste?
Ha crecido más de lo que alguna vez imaginé. Nunca estuvo en mis planes de vida, pero empezar a hacer pasteles tras un momento muy difícil terminó siendo mi salvación. Hoy, venir al taller es mi razón para seguir adelante. Aunque hay días en los que quisiera dejar todo, me doy cuenta de que las decisiones que tomé sin planear nada fueron las que me llevaron hasta aquí.
6. ¿Qué consideras que hace única a tu marca dentro del mercado de la repostería creativa?
Me encanta escuchar a mis clientes. Cada persona tiene su propia historia y sus gustos, y para mí es importante interpretarlos. Por ejemplo, algunos llegan con ideas vagas como: “Me gusta el azul, pero también el rosa”, y mi trabajo es descifrar lo que realmente quieren. Crear algo que refleje su personalidad y ver que les encanta el resultado es lo más gratificante.
7. ¿Cómo haces que tus productos reflejen tu estilo o personalidad?
Friche tiene mucho de mí, de mi esencia. A veces me preocupa que estemos tan conectadas, porque mi forma de ser cambiante también afecta la marca. Estoy en ese proceso de encontrar su propia identidad, algo que sea independiente de mí, pero sin perder el toque personal que nos hace especiales.
8. ¿Qué es lo más retador de manejar tu negocio por cuenta propia?
Ponerme límites. Antes no descansaba nada, y eso afectó mi salud física y mental. Decidí que Friche no podía ser mi todo; necesitaba tiempo para mí misma. Aún me cuesta establecer esos límites, pero sé que son necesarios.
9. Si tuvieras que empezar todo desde cero, ¿Hay algo que harías diferente?
Definitivamente confiaría menos en algunas personas. He aprendido a las malas que no todos son honestos. Desde proveedores que te engañan hasta clientes que no pagan, esas experiencias me enseñaron a ser más cautelosa. Creo que también aprendería a escuchar más mi intuición.
10. Si pudieras dar un consejo a las personas que desean emprender, ¿cuál sería?
Que no se rindan. Emprender es muy cansado, pero siempre hay una forma de lograr lo que quieres. Mi psiquiatra me dijo algo que nunca olvidaré: “La vida es poco a poco. No tienes que tener un plan perfecto ni fechas límite. Puedes empezar mañana o en un año, y está bien”. Ese consejo me ayudó mucho, y espero que también inspire a otros.