Nacido el 7 de febrero de 1812 en Portsmouth, Charles John Huffam Dickens fue un niño que conoció de cerca la pobreza. Su padre fue encarcelado por deudas, lo que forzó a un joven Dickens a trabajar en una fábrica de betún con solo 12 años. Estas vivencias marcaron profundamente su obra, poblada de niños marginados, figuras paternas inestables y sistemas sociales indiferentes.
Dickens escribió más de 15 novelas completas y numerosas novelas cortas, artículos y piezas teatrales. Muchas de sus obras se publicaron por entregas, democratizando el acceso a la lectura:
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Oliver Twist (1837): una denuncia del sistema de orfanatos y la criminalidad en Londres.
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David Copperfield (1849): considerada su obra más autobiográfica.
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Bleak House (1852): una crítica feroz al sistema judicial británico.
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Grandes esperanzas (1860): un análisis de la ambición, el amor y la transformación moral.
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Cuento de Navidad (1843): tal vez su obra más universal, un llamado a la empatía y la redención.
Su estilo es inconfundible: humor mordaz, crítica social directa, personajes memorables y una sensibilidad aguda para retratar el alma humana. Más allá de su impacto literario, Dickens fue una voz poderosa contra la explotación infantil, el sistema penal, el trabajo forzado y la hipocresía de la aristocracia. Utilizaba el sentimentalismo para humanizar a los desfavorecidos, despertando compasión y responsabilidad en sus lectores. En su tiempo, llegó a ser más popular que cualquier político o reformador. Visitó Estados Unidos dos veces y fue recibido como una celebridad, aunque también provocó controversias por su defensa de causas sociales como la abolición de la esclavitud.
Charles Dickens murió el 9 de junio de 1870, a los 58 años, tras sufrir un derrame cerebral. Su fallecimiento causó un duelo nacional. Fue sepultado en la Esquina de los Poetas de la Abadía de Westminster, junto a Shakespeare y Chaucer. Desde entonces, su obra ha sido traducida a más de 100 idiomas, adaptada en miles de películas, obras de teatro, series y cómics. En las escuelas británicas y en muchas del mundo, sigue siendo lectura obligada. En 2025, con la expansión del audiolibro, la inteligencia artificial y la realidad aumentada, sus obras resurgen con nuevas formas de lectura y reinterpretación.
En este aniversario, Londres celebra su legado con: Una nueva exposición permanente en el Charles Dickens Museum, Lecturas en voz alta de Cuento de Navidad interpretadas por actores británicos contemporáneos, Una edición digital ilustrada de Oliver Twist, creada con tecnología inmersiva para jóvenes lectores y Ensayos académicos que revisan su obra desde una perspectiva moderna: género, clase, trauma y neurodiversidad.
A 155 años de su muerte, Charles Dickens sigue vivo en cada lector que se indigna con la injusticia, ríe con Mr. Micawber o llora por el pequeño Tim. Su maestría narrativa no solo retrató a la Inglaterra victoriana, sino que nos enseñó a mirar con atención crítica y compasiva a los márgenes de nuestras propias sociedades.