Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, se declaró culpable este 11 de julio en una corte federal de Chicago por cuatro cargos relacionados con narcotráfico, lavado de dinero, armas y delincuencia organizada. Con esta admisión, se reconoce su rol como líder de los “Chapitos” y responsable de enviar grandes cantidades de fentanilo, cocaína, metanfetamina y heroína hacia Estados Unidos. El acuerdo de culpabilidad, parte de un pacto con la Fiscalía, incluye su cooperación continua y el pago de 80 millones de dólares, lo que le permitiría evitar una sentencia de cadena perpetua.
El caso ha tenido alta visibilidad en medios y redes sociales por tratarse del primer hijo de El Chapo en declararse culpable, lo que genera expectación sobre su colaboración y testimonio. En medios internacionales y plataformas como Twitter se ha debatido sobre el impacto que podría tener en la desarticulación del Cártel de Sinaloa, así como en la dinámica interna de alianzas del narcotráfico.
El abogado defensor de Ovidio, Jeffrey Lichtman, afirmó que evaluará si el acuerdo fue justo cuando se dicte la sentencia y destacó que este caso es independiente del de su hermano Joaquín, a quien aún no se le ha ofrecido un trato similar. Lichtman apuntó que la negociación es parte de una estrategia legal ya anticipada y que busca beneficios a partir de revelar información clave dentro del cartel.
Desde México, el gobierno federal reaccionó con prudencia. La presidenta Claudia Sheinbaum criticó la aparente contradicción de que Estados Unidos catalogue a los cárteles como “terroristas” mientras negocia con sus líderes. Además, medios señalados que la detención de 17 familiares de Ovidio cruzando la frontera estadounidense en mayo formaría parte del acuerdo, situación que mostró falta de coordinación y provocó incomodidad en autoridades mexicanas.
En cuanto al futuro del proceso, Ovidio será sentenciado después de comprobar su nivel de cooperación. Las autoridades podrán usar su testimonio en casos contra otros miembros del cartel, incluido Ismael “El Mayo” Zambada y sus hermanos, como Joaquín. Además, se espera que la movida estimule solicitudes de acuerdos similares en otros procesos relacionados con narcotráfico. En suma, el camino judicial de Ovidio podría marcar un antes y un después en la lucha contra el tráfico de fentanilo y la estructura del Cártel de Sinaloa.