La figura de Trajano ha trascendido a la historia como la de un emperador comparable a Augusto, que inauguró una etapa de paz y prosperidad en el imperio. Esta visión se debe, aparte de por sus indudables cualidades como gobernante, por la incansable labor propagandística que desarrolló su círculo más cercano de colaboradores, calificándolo de optimus princeps (el mejor de los emperadores) o comparándolo con Zeus, Hércules y Alejandro Magno. A ellos hay que sumar la auto exaltación del culto imperial, que lo llevó a emprender la construcción del último de los foros imperiales. Un majestuoso espacio del que queda en pie un monumento singular, la columna trajana o de Trajano, que exalta sus gestas militares en el Danubio, al frente personalmente de los ejércitos que derrotaron a los Dacios, a través de los relieves en espiral que la decoran desde la base hasta su cúspide.
Obra del arquitecto Apolodoro de Damasco, la columna trajana fue levantada en el año 113 d.C. para conmemorar las conquistas de Trajano en el Danubio. Se compone de una columna de unos 30 m que se asienta sobre una gran base cuadrangular y está coronada por un mirador y una estatua de bronce. El monumento es el único vestigio casi intacto del foro de Trajano, el complejo arquitectónico más grandioso proyectado hasta entonces en Roma, financiado con el botín de Dacia. El monumental espacio fue edificado después de allanar por completo una colina situada entre el Capitolino y el Quirinal. La altura total del monumento, alrededor de 40 metros, señalaba la altura del accidente orográfico aplanado.
La columna, propiamente dicha, mide 30 m de altura y es el primer monumento levantado en Roma de tipo cóclido, es decir, con adornos que recorren el tronco en forma de espiral. Está formada por 21 grandes tambores de mármol blanco de Lini (Carrara) de cuatro metros de diámetro esculpidos con 23 paneles de relieves que, desplegados en línea recta, llegarían a los 200 metros de longitud. Este milenario cómic narra las gloriosas batallas de Trajano contra los Dacios para reforzar las fronteras del Imperio en el Danubio: sus 155 escenas representan los principales episodios de la guerra y contienen más de 1.550 figuras, entre ellas las del propio emperador y sus principales generales y enemigos.
La Columna Trajana no es una estructura maciza. Al no estar concebida como un elemento de sustentación, fue vaciada por dentro para convertirla también en un monumental mirador de la ciudad. Este grabado del siglo XVI muestra el diseño interior del monumento, donde los obreros tallaron una escalera de caracol de 185 peldaños adosada directamente a las paredes de los tambores de mármol que daba acceso a la terraza. Este pionero diseño helicoidal, tanto interior como exterir, ejerció una gran influencia en la arquitectura romana posterior y se asoció al poder imperial, siendo imitado por los sucesores de Trajano. Dieciocho siglos después, todavía inspiraría la columna que Napoleón mandó erigir en la plaza de la Vendôme de París para conmemorar su victoria en Austerlitz.
La decoración de la Columna de Trajano refleja las dos campañas que el emperador llevó a cabo contra los dacios en el territorio de la actual Rumanía (en los años 101-102 y 105-106) con las que anexionó ese territorio y vengó la humillante derrota de Roma sufrida en el año 87. Cada una de las guerras ocupa la mitad de la columna y los conflictos están separados gráficamente por la victoria alada escribiendo sobre un escudo, flanqueada por dos trofeos de guerra que consisten en una estaca sobre la cual se replica una armadura dacia completa, con sus típicas corazas escamadas, estandartes con cabeza de lobo y cascos ojivales.
El relato comienza con la partida de las legiones romanas hacia la zona del conflicto. Su llegada al río Danubio, personificado en la divinidad barbada que aparece en la base de la columna y el cruce del río gracias a un pontón hecho con barcazas, práctica habitual de las tropas romanas durante sus campañas. La imagen representa la llegada a territorio enemigo en una distribución típica en dos columnas encabezadas por sendos legados. Los legionarios portan estandartes y todo tipo de pertrechos. Por arriba de esta escena, los legionarios comienzan a construir el campamento para instalarse en esas desconocidas tierras durante un largo tiempo. A la derecha, un grupo de tres personas situados sobre una torre inspecciona los trabajos: se trata del propio emperador (en el centro) y dos oficiales. Trajano quiso destacar siempre su cercanía a las tropas.
Los relieves reflejan la barbarie de los enfrentamientos entre romanos y dacios. Los guerreros germanos están representados como salvajes barbudos, muchas veces protegidos (ellos y sus caballos) por corazas de escamas. El propio Trajano aparece en las escenas de combate (está representado al menos 60 veces en toda la columna). En la parte inferior de esta imagen, dos legionarios muestran al emperador las cabezas decapitadas de dos enemigos. Junto a esta escena, en jinete romano arremete contra un dacio blandiendo un arma inexistente: todo el armamento de los personajes estaba representado por piezas metálicas colocadas a posteriori y que se han perdido, por tanto, las figuras parecen desarmadas. La crueldad de los combates puede intuirse en una figura que asoma en la esquina inferior derecha, es un romano que sostiene la cabeza rebanada de un enemigo en su boca.
La columna culmina con la victoria total de Roma y de Trajano en la segunda guerra dacia representada en el suicidio del caudillo dacio Decébalo en un bosque antes de ser capturado. La escena muestra cómo los soldados romanos, que habían rodeado a Decébalo, no logran impedir el suicidio del rey. La Columna Trajana cuenta con pequeños orificios rectangulares, se trata de pequeñas “ventanas” que dejaban pasar pequeños haces de luz para iluminar la angosta subida por los escalones interiores del monumento. Otros agujeros circulares (tapados en la actualidad) son fruto de los daños causados por el anclaje de andamiajes a lo largo de la historia. También en esta imagen puede observarse la línea en relieve que separa verticalmente las escenas.
La enorme base que sustenta la columna es en realidad el mausoleo en el que se depositaron los restos del emperador y su esposa Plotina. Se sostiene sobre ocho bloques de mármol. Encima de la puerta, una inscripción recuerda que la altura del monumento igualaba la de la colina que tuvo que ser aplanada para erigir el foro de Trajano. En torno a ella, los relieves representan armas dacias amontonadas. Dentro, al otro extremo de la puerta, se encontraban las urnas de oro que contenían las cenizas del matrimonio imperial.
La Columna de Trajano estaba rematada por una gran estatua de bronce del emperador, que sostenía una lanza boca abajo en señal de general victorioso y conquistador. Sin duda, debía producir un efecto propagandístico fenomenal, como un recuerdo del poder del soberano sobre el Imperio. En 1588, por orden del papa Sixto V, esta escultura fue reemplazada por una estatua de San Pedro obra de Giacomo della Porta, que todavía se conserva en lo alto del monumento. La imagen sobre estas líneas, una estatua de Trajano, en primer término, parece señalar el lugar que ocupa el apóstol en la columna del emperador.
