Fundado en 2002 por el actor Robert De Niro, la productora Jane Rosenthal y el empresario Craig Hatkoff, el festival nació como una respuesta directa a la devastación vivida en el Bajo Manhattan.
El origen del Festival de Tribeca está profundamente ligado a un momento histórico, los atentados del 11 de septiembre de 2001. Cada primavera, Manhattan se convierte en el epicentro del arte narrativo gracias al Festival de Cine de Tribeca, un evento que va más allá de la pantalla grande para celebrar todas las formas en las que una historia puede ser contada.
Lo que comenzó como una iniciativa comunitaria, pronto captó la atención del mundo. Hoy, Tribeca es un símbolo de cómo el arte puede ayudar a reconstruir no solo edificios, sino también identidades. Su objetivo era claro: revitalizar la economía local y sanar el tejido social a través del poder del cine.
Aunque en sus inicios el festival estaba centrado en el cine, con los años ha evolucionado para abrazar múltiples formas de narración. Actualmente incluye series, podcasts, videojuegos, arte inmersivo, realidad virtual y música.