Chiapas es uno de los estados con mayor presencia de pueblos originarios en México, y por tanto, uno de los más ricos en diversidad lingüística. Según datos del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI), en Chiapas se hablan actualmente al menos doce lenguas originarias, cada una con variantes regionales y un profundo arraigo territorial, cultural e histórico.
Las lenguas indígenas más habladas en Chiapas son el tsotsil y el tseltal, ambas pertenecientes a la familia maya, con una fuerte presencia en los Altos de Chiapas. Estas lenguas son habladas por cientos de miles de personas y conservan no solo estructuras gramaticales complejas, sino una carga simbólica y espiritual que permea la vida cotidiana: saludos, rituales, cantos, cuentos, saberes agrícolas y concepciones del tiempo y del espacio.
Otras lenguas vivas en el estado incluyen el chol y el tojtol (chuj), también de la familia maya, así como el zoque, que pertenece a una familia distinta (mixe-zoqueana) y cuya presencia se encuentra principalmente en el norte del estado. También se encuentran comunidades hablantes de mame, jakalteko, kanjobal, mocho’, y otras lenguas de menor número de hablantes, muchas de las cuales se encuentran en riesgo de desaparición.
Estas lenguas son testimonio de una profunda continuidad cultural. Son habladas en comunidades que, a pesar de siglos de colonización, marginación y políticas de castellanización, han conservado sus formas propias de organizar la vida social, económica y espiritual. En ellas se cifran prácticas comunitarias, conocimientos de la medicina tradicional, sistemas de justicia local y una comprensión del entorno natural que difiere radicalmente del modelo occidental.
No obstante, las lenguas originarias de Chiapas enfrentan hoy importantes desafíos. La discriminación histórica, la migración forzada, el acceso desigual a la educación bilingüe y la falta de políticas públicas efectivas han contribuido al desplazamiento lingüístico, especialmente entre las generaciones más jóvenes. Muchas veces, los niños y niñas crecen en contextos donde hablar una lengua indígena es motivo de burla o exclusión, lo que refuerza el abandono del idioma materno en favor del español.
Frente a este panorama, diversas comunidades, colectivos, investigadores y artistas están impulsando estrategias de revitalización lingüística. Desde proyectos de educación intercultural bilingüe hasta programas de radio en lenguas originarias, pasando por talleres de escritura, producción musical y poesía indígena contemporánea, la lucha por la preservación lingüística también es una lucha por el reconocimiento, la dignidad y la autodeterminación de los pueblos.
Hablar de las lenguas originarias de Chiapas es hablar de un patrimonio inmaterial invaluable, pero también de un presente vivo que se reinventa día con día. En cada palabra pronunciada en tsotsil, zoque o mame, hay una memoria colectiva que resiste el olvido, una identidad que se afirma, y un mensaje claro: las lenguas indígenas no son reliquias del pasado, son puentes hacia el futuro.