El cardenal estadounidense Robert Francis Prevost ha sido elegido como el nuevo Papa de la Iglesia Católica, adoptando el nombre de León XIV. Este nombramiento marca un hito histórico al convertirse en el primer pontífice nacido en Estados Unidos. Sin embargo, su elección también destaca por su profunda conexión con Latinoamérica, especialmente con Perú, donde desarrolló gran parte de su labor pastoral.
Prevost, de 69 años, fue misionero en Perú durante más de una década, sirviendo en regiones como Trujillo, Iquitos y Apurímac. En 2014, fue nombrado obispo de Chiclayo y, al año siguiente, adquirió la nacionalidad peruana. Su experiencia en América Latina y su compromiso con las comunidades locales han sido fundamentales en su trayectoria dentro de la Iglesia.
La elección de León XIV refleja una continuidad con el legado de su predecesor, el Papa Francisco, quien también tuvo una fuerte conexión con América Latina. Prevost ha sido reconocido por su enfoque pastoral centrado en la cercanía con los fieles y su compromiso con las causas sociales, valores que compartió con Francisco.
Antes de su elección como Papa, Prevost ocupó el cargo de prefecto del Dicasterio para los Obispos, una de las posiciones más influyentes en el Vaticano, responsable de la selección de obispos en todo el mundo. Además, presidió la Pontificia Comisión para América Latina, fortaleciendo aún más sus lazos con la región.