El ‘bullying’ o acoso escolar es el hostigamiento físico y/o psicológico al que es sometido un menor, ya sea por otro compañero o un grupo de ellos. Este fenómeno es una práctica recurrente en las escuelas de todo el mundo.
Para diferenciar el acoso escolar de otros tipos de violencias, los investigadores concuerdan en que las conductas de hostigamiento deben estar determinadas por tres rasgos específicos como lo es:
Intencionalidad es la característica que implica que la acción o conducta violenta que manifiesta el menor que agrede a otro, tiene como propósito y voluntad el causar daño, sufrimiento o malestar.
No se trata de actos o hechos accidentales o producto de la imprudencia. En la mayoría de las ocasiones son acciones bien planificadas con anticipación y ejecutadas de acuerdo a un plan.
Repetición de la acción en el tiempo de las conductas y manifestaciones de violencia se presentan de forma frecuente y reiterada. Pueden suceder diversos actos de agresión física, verbal o psicológica en un solo día de clases y continuar durante la semana entera o incluso extenderse, si no se atienden debidamente.
Desequilibrio de poder de las prácticas catalogadas como acoso escolar o bullying se presentan en un contexto de dominación y están dirigidas a las y los menores que son percibidos en un estado de indefensión, debilidad o desigualdad ya sea física, psicológica o socialmente. Este desequilibrio de poder se acrecienta cuando el acoso escolar es grupal. La o el menor acosado se sentirá atrapado, sin salida ni apoyo para poder librarse de sus acosadores.